Marco Epistemológico del Plan de Orientación Académica y Profesional

Para alcanzar la madurez vocacional adoptamos la definición del desarrollo de carrera y madurez vocacional tal como es expresada por Thompson y Lindeman (1984) en el Manual Técnico del CDI:
“El desarrollo de la carrera, la madurez vocacional, en la adolescencia y la juventud, es un rasgo multidimensional que es en parte cognitivo y en parte afectivo y que se incrementa irregularmente con la edad y experiencia”. Cada uno de estos aspectos pueden ser definidos de diferente forma:
A. Madurez vocacional afectiva:
1. Capacidad de planificación (reconocimiento de la necesidad y posibilidad de planificación para el futuro inmediato y más distante).
2. Conciencia y gusto para enfrentarse con las tareas evolutivas de exploración y establecimiento, e interés para concentrarse en esas tareas cuando la necesidad de reciclarse ocurre en las últimas etapas de la vida.
3. Compromiso, afectivo y conductual, en la exploración, toma de decisiones, planificación e implementación de los planes.
B. Madurez vocacional cognitiva:
2. Aprendizaje de los principios, procesos y contenidos de la toma de decisiones de la carrera.
3. Conocimiento de uno mismo.
4. Realismo al comparar el sí-mismo con la información situacional.
5. Consistencia de los objetivos de carrera con flexibilidad en la modificación realista de ellos con la experiencia.
Para saber más: Madurez Vocacional
Para saber más: Madurez Vocacional
Madurez Vocacional: Líneas de Actuación del P.O.A.P.

Previo a la puesta en marcha de una intervención en orientación profesional es necesario motivar al alumnado para que se produzca el contexto adecuado que garantice una buena realización de la intervención. Hay que resaltar especialmente la importancia del desarrollo de la carrera de los implicados. Es importante conseguir un ambiente estimulador y un clima afectivo que favorezca la reflexión y el diálogo mutuo.
- Conocimiento de sí mismo
El alumnado debe tomar conciencia de sus características personales: capacidades (aptitudes y habilidades), destrezas específicas, actitudes, intereses, nivel de aspiraciones, motivación, valores, personalidad, madurez personal y vocacional, historial académico, estilo de vida, experiencias educativas y laborales, etc. En definitiva se trata de tener un autoconcepto lo más preciso posible. Esta información le va a ser imprescindible para afrontar el proceso de toma de decisiones.
Los procedimientos y estrategias pueden ser diferentes: de carácter psicométrico, longitudinal (técnicas de observación y de registro), autoexploratorio (mediante instrumentos de autoaplicación, autocorrección y autointerpretación), etc.. Estas estrategias no son excluyentes, sino todo lo contrario, se complementan. La tendencia consiste en utilizar los diferentes procedimientos, aminorando con ello las diferencias que tienen cada una de ellas por separado (interacción).
En la última década este conocimiento de sí mismo ha experimentado unos cambios significativos; hemos pasado de una concepción basada en el rasgo a una concepción del desarrollo más longitudinal, donde se analizan los cambios y los logros que va experimentando el sujeto durante su proceso de desarrollo a través de un análisis de tareas. Lo que interesa no es saber cómo está el sujeto con respecto a un grupo normativo, sino los progresos que va adquiriendo con respecto a unos objetivos marcados de antemano.
- Información académica y profesional
El alumnado necesita una información sobre las distintas alternativas educativas y profesionales que le ofrece el contexto sociolaboral, para poder afrontar su proceso de toma de decisiones. Esta información ha de ser lo más precisa, actual y objetiva posible.
Además de poner a disposición del usuario esta información, hay que facilitarles estrategias de búsqueda de información (localización, selección y uso de la información). Se ha de saber preguntar, consultar, asesorarse, reflexionar y comprobar. De tal manera, que cuando se necesite la información se sepa dónde se puede obtener.
Ésta es una de las áreas que ha experimentado una mayor progresión, debido a los siguientes motivos: a) la obsolescencia del conocimiento: la información académica y profesional cambia con mucha frecuencia y hay que estar constantemente al día: b) la forma de presentarla: se ha pasado de una información transmitida prioritariamente a través de documentación impresa a una información con soporte tecnológico (informática, multimedia, Internet). Es decir, hemos pasado de presentar una información eminentemente pasiva, y a veces poco actualizada, a una información más interactiva y actualizada.
Son muchas y variadas las actividades de información académica y profesional que se pueden realizar: visitas, charlas, "ruedas de prensa", seguimiento de ex-alumnos, encuestas, documentación escrita, medios audiovisuales, programas informáticos, la integración curricular de dicha información, etc. (Bisquerra, 1996).
Una vez que el sujeto ha adquirido una información sobre sí mismo y una información académica y profesional, se pasa a una fase de reflexión, donde, además de la información, habrá que tener en cuenta otras variables como el historial académico, la situación socio-económica familiar, la motivación personal, el contexto geográfico, etc. Esta fase de reflexión conduce al proceso de toma de decisiones.
- Toma de decisiones
Este es un proceso continuo y secuencias que requiere una constante revisión en función de las nuevas informaciones que el sujeto va adquiriendo en su proceso de desarrollo personal y vocacional. Esto le conduce a dos situaciones: a) reafirmar la decisión tomada y b) posibilidad de cambiar la opción. De ahí la importancia de tener en cuenta todos aquellos aspectos para afrontar la toma de decisiones con garantías de éxito (realismo, aceptación, capacidades, limitaciones. responsabilidad, etc.). Este es un proceso permanentemente inconcluso, en el sentido de que tiene que estar en constante revisión debido a las eventualidades que se producen en el desarrollo del individuo.
El sujeto es el elemento activo del proceso de toma de decisiones; el resto de agentes (padres, profesorado, tutor, orientador, etc.) lo que hacen es poner a su disposición la información y los elementos de reflexión que necesita.
Los pasos que se proponen para la toma de decisiones son los siguientes:
1) definición de la decisión que se debe tomar;
2) información sobre las diferentes alternativas;
3) análisis de cada alternativa: conveniencia o no de cada una de ellas;
4) eliminación de las alternativas que no convienen;
5) elección de la alternativa más adecuada y toma de decisión propiamente dicha;
6) puesta en práctica de las medidas oportunas consecuentes a la decisión tomada;
7) optimización permanente: revisión de las decisiones tomadas y adopción de los reajustes oportunos en función de eventualidades e imprevistos que puedan darse.
Tomado de BISQUERRA ALZINA, R. (1998): Modelos de Orientación e Intervención psicopedagógica. Barcelona: Editorial Praxis.